martes, 13 de octubre de 2009

Historia.


Los tejidos históricos y arqueológicos, donde existen diferentes técnicas de análisis permiten identificar colorantes mordientes o fibras textiles, describir técnicas textiles, determinar la composición en el caso de hilos metálicos o atribuir una cronología. Disponer de todos o algunos de estos datos permite investigar los tejidos desde distintas ópticas como la producción y circulación de materias primas, el desarrollo de nuevas técnicas textiles o nueva tecnología de fabricación, además de poder establecer un marco cronológico más adecuado. Estas manufacturas textiles han sido estudiadas principalmente en función de su decoración, prestándose menor atención a las materias primas o a la técnica textil empleada, estableciéndose una cronología basada en los motivos decorativos, su evolución (del naturalismo al esquematismo) y los estilos decorativos.

Tejidos de los Antiguos Egipcios

El estudio de los tejidos coptos se remonta al mismo momento en que empiezan a ingresar en los distintos museos y colecciones de Europa y América, a finales del siglo XIX. Estos tejidos, encontrados en distintas

necrópolis de Egipto, sorprendieron y, todavía sorprenden, por su buen estado de conservación debido a las condiciones de sequedad del país y han sido objeto de distintos estudios desde 1900 hasta nuestros días. Estas manufacturas textiles han sido estudiadas principalmente en función de su decoración, prestándose menor atención a las materias primas o a la técnica textil empleada, estableciéndose una cronología basada en los motivos decorativos, su evolución (del naturalismo al esquematismo) y los

estilos decorativos. Durante mucho tiempo se ha identificado como tejidos coptos aquellos encontrados en Egipto y cuyo marco cronológico clásico estaría entre el siglo II/III y el siglo VIII/IX, hasta la extensión del Islam en Egipto. Ahora bien, en los últimos años se tiende a usar para referirse a estas manufacturas términos como tejidos egipcios o del valle del Nilo de época romana, bizantina e islámica, evitando el adjetivo copto, por su imprecisión y por las connotaciones de tipo religioso (Van’t Hoof et al., 1990: 140).

La abundancia de estas producciones textiles se pone en relación, además de por las condiciones medioambientales de la zona, con el cambio de ritual funerario que supone el vestir a los muertos, generado por la extensión del cristianismo. Este cambio se documenta a partir del siglo III d.C. (Pritchard, 2005: 49). Los tejidos encontrados anteriores a esta etapa son menores en número, pero destacan los hallazgos en la zona del Mar Muerto (Granger Taylor, 2000: 151-154) y en las fortificaciones romanas entre el Mar Rojo y el río Nilo (Cardon, 2001: 13-14; Benger JØrgensen, 2004: 99; Schrenk (ed.), 2006).

El desarrollo de las técnicas de análisis desde los años 70 del siglo pasado ha hecho que las investigaciones sobre tejidos, y particularmente los tejidos coptos, hayan protagonizado un gran desarrollo. Las razones de este renovado interés se deben a diversos factores que pueden resumirse de la siguiente manera:

• Se trata de tejidos descontextualizados y con escasa documentación.

• Han sido objeto de escaso estudio (con las conocidas excepciones).

• Muchos de ellos todavía están inéditos.

• Pertenecen a un momento, la Antigüedad Tardía, que está siendo objeto de un mayor estudio e interés por parte de la arqueología y de la investigación histórica.

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