martes, 13 de octubre de 2009

Fibras y tintes.




FIBRAS TEXTILES

En Egipto el empleo del lino era casi exclusivo hasta la llegada de los griegos. La introducción de la lana por su mayor facilidad en teñirse provocará el comienzo de una floreciente industria de tejidos en lino con

decoración en lana También está documentado, ya sea por fuentes escritas o por materiales arqueológicos, otras fibras textiles como el algodón, conocido en las fuentes como “la lana de árbol” que ya en época meroítica (entre el siglo I a.C. hasta el siglo IV d.C.) se cultiva en Qasr Ibrim (Wild y Wild, 2008: 3-6) y que en época romana se cultiva en el oasis de Kharga (Bruwier, 1997: 51; Wild et al., 2008: 145- 149), o las fibras de palma, caballo y camello, estas últimas usadas más para tejidos fuertes (lonas) o cuerdas y maromas.

El estudio de fibras puede permitir clasificar algunos tejidos sobre los que se tienen dudas de adscripción.

ANÁLISIS DE TINTES

El análisis sistemático de los colorantes que se encuentran en los tejidos antiguos de distintas épocas y culturas es una de las vías de investigación que ha tenido un mayor desarrollo en los últimos años de tejidos de Egipto, Siria e Israel. Este tipo de estudio implica la colaboración entre historiadores, bioquímicos y químicos especialistas en los métodos de análisis.

En el campo de los tintes, los estudios han permitido determinar tres maneras distintas para la obtención del color:

• Color obtenido de un solo tinte o colorante.

• Color obtenido por la mezcla de dos tintes o colorantes.

• Color obtenido por la torsión simultánea de fibras de dos colores distintos creando el efecto visual de otro color.

Se ha documentado en varios de los tejidos estudiados por nosotros y en combinaciones de color distintas.

Así, además del morado, obtenido de la mezcla de fibras azules y rojas, se consigue el color verde mediante la mezcla de fibras azules y amarillas y el color naranja mezclando fibras amarillas y rojas

El análisis empleado en la identificación de colorantes orgánicos ha sido la cromatografía en distintas variantes: cromatografía de capa fina (CCF o TLC) y la cromatografía de alta precisión (HPLC). La toma de muestra se hace siempre diferenciando los hilos de trama y urdimbre, además de un mapa de la localización de las muestras.

La HPLC permite diferenciar con gran precisión entre colorantes o tintes muy próximos químicamente, como las púrpuras obtenidas de distintos moluscos o los rojos extraídos de insectos de diferentes especies (kermés, cochinilla armenia, cochinilla americana, etc.). También permite distinguir los diferentes componentes de los tintes obtenidos en varios baños, como son las llamadas “púrpuras de imitación” o “púrpuras vegetales” muy comunes entre los tejidos coptos.


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